Con el pasar del tiempo se aumentan las posibilidades de reducir las pérdidas producidas por un incendio, gracias al mayor conocimiento de los materiales y su comportamiento en los incendios. Con este conocimiento podemos seleccionar mejor los materiales y las distribuciones de estos, en posiciones y/o almacenamientos más adecuado, disponiendo adecuadamente todo lo que pueda quemarse. Un fuego que empieza en una papelera o canasta de basura no será un problema serio si a su alrededor no hay más materiales combustibles. Sin embargo, esta papelera puede iniciar un devastador incendio si está cerca de materiales combustibles, y dependerá de la presentación del material, de la superficie de contacto y de las condiciones de la reacción exotérmica.
La diferencia entre los dos escenarios de la papelera está básicamente en las propiedades de los materiales involucrados, la cantidad de agente oxidante, la presentación del material combustible, la proximidad de otros combustibles al punto de origen. Puede ser la diferencia entre un conato de incendio o un terrible incendio. Por lo que es necesario conocer las propiedades combustibles de materiales prestando atención a aquellas condiciones que puedan promover un rápido crecimiento y propagación y que hagan difícil su control por medio de estrategias convencionales de protección contra incendios.
Cada día estamos más cerca de poder analizar, con certeza, un fuego y predecir cómo su combustión puede afectar la vida de los ocupantes. La química y física del fuego nos ayuda a entender los incendios y mejorar la protección contra incendios. La experiencia, información y análisis nos han dado herramientas efectivas como modelos matemáticos, predicción de cómo reaccionamos ante un incendio y sobre todo un amplio grupo de normas, códigos y guías prácticas, específicamente las de la NFPA.
Sin embargo, en Latino américa la gran mayoría de las ingenierías conceptuales de los proyectos, de diseños y cálculos de sistemas contra incendios son realizadas por ingenieros que no tienen experiencia en protección contra incendios, ni conocimiento de las bases técnicas de la ingeniería de protección contra incendios. La mayaría de las grandes compañías de ingeniería general que operan en los países Latinoamericanos no tienen personal especializados en ingeniería de protección contra incendios, y tampoco acostumbran subcontratar una compañía de consultoría en protección contra incendios que los asesore en el tema. El trabajo de ingeniería de incendios es, en muchos casos, realizado por practicantes o por ingenieros recién egresados, pues existe el concepto de que esto de la protección de incendios es relativamente fácil, un par de mangueras, extintores y detectores de humo, y ya está. Son proyectos que en otros casos son producto del “copy-paste” usando repetidamente diseños anteriores existentes y reproduciendo los mismos criterios equivocados o ya normativamente revaluados en el tiempo; se encuentran diseños y sistemas instalados que no tienen relación con los riesgos ni respaldo alguno en las normas, códigos y prácticas de la NFPA. Existe el criterio que buenos equipos hacen buenos sistemas, o que más grande es mejor, lo cual son criterios equivocados.
Con frecuencia los sistemas de protección contra incendios son sugeridos y diseñados por proveedores de equipos, quienes no cobran por sus “diseños”. Recomiendan lo que pueden vender, pero no lo que el riesgo requiere o lo que sugiere una evaluación normativa rigurosa. Bajo este concepto de bajo costo para la compañía de ingeniería que acepta los servicios de los proveedores de equipos, existe la oportunidad de sobre - diseñar, de recomendar equipos más grandes que los necesarios, de exagerar en el grado de automatización en equipos que posiblemente nunca van a funcionar correctamente, y no van a controlar efectivamente el incendio. El resultado puede ser un gasto en seguridad contra incendios mucho mayor que el necesario.
Eso también se ha traducido en una participación, en los cursos de diseño de sistemas de protección contra incendio, de personal sin conocimiento especializado, sin herramientas de cálculo, sin bibliografía de soporte, con experiencias no calificadas y anteponiendo su antigüedad en el mercado en lugar de la experiencia, experticia y la formación académica como señal de su profesionalismo. La resultante han sido propuesta alejadas de las normas NFPA basadas en criterios individuales y atrevidos. La justificación incluye un énfasis en la “larga experiencia” en el número y valor de trabajos realizados, pero no en la experticia, formación especialización de su personal. Es necesario entonces que los usuarios de estos servicios hagan una precalificación de las firmas oferentes.
En Latinoamérica, es muy frecuente la exigencia que los diseños, los planos, los cálculos sean firmados por un ingeniero registrado, pero esto no es suficiente. La ingeniería de protección contra incendios es una ingeniería especializada, es una de las áreas de la tecnología más normada. Esa exigencia, por consecuencia, debe concretarse exigiendo ingenieros especialistas en protección contra incendios, además de la supervisión de una Autoridad Competente, o en su ausencia, con una revisión por pares. Es decir, esta revisión por pares implica que especialistas en ingeniería de protección contra incendios con calificaciones iguales o superiores a los que hacen el diseño, revisen, comenten y den su aval al proyecto en beneficio de todos los involucrados.
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